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-Los museos vacíos de Egipto.
05 de Octubre de 2013
El primer golpe al turismo de Egipto lo dio la primavera árabe del 2011, después llegó una leve recuperación en el 2012, pero las revueltas de este verano han vuelto a hundir el sector. La consecuencia de la crisis política del país es que las embajadas, en sus recomendaciones de viaje, piden a sus ciudadanos que eviten Egipto.
Varias agencias de viaje nórdicas suspendieron en agosto los viajes a Egipto. Los operadores sacaron a los turistas del país, incluidos los complejos vacacionales del mar Rojo, y ofrecieron como alternativa las islas Canarias. O Madeira, Cabo Verde, Dubái y Marruecos.
Con todo, la Oficina de Turismo de Egipto ha afirmado en recientes informaciones que el país aspira a cerrar el 2013 con un incremento de visitantes del 30%, pese a la situación política y social. Ha reconocido que los altercados registrados afectan al flujo de visitantes, aunque confía en que su repercusión no sea "por mucho tiempo".
Sensación de vacío que invade al visitante
Las pirámides de Giza son los monumentos más visitados de Egipto, casi 15 millones de visitantes en el 2010 –tantos como llegaron al país–. En el acceso, los encargados de seguridad descansan a la sombra de la caseta donde se venden los billetes, y, a la derecha, un tejado prefabricado da sombra y cobijo a dos coches de la policía militar y sus ociosos ocupantes.
El parking, las taquillas y los puestos están desiertos. La sensación de vacío y abandono invade al visitante; los vendedores de recuerdos, con ánimo fatigado, esperan la llegada de algún turista. A la sombra está Goma junto a su camello. Tiene 56 años y lleva 44 trabajando como camellero en Giza. De mirada directa y con el rostro castigado por los rayos solares, habla de anteriores y actuales dirigentes del país y de sus efectos en el turismo. A pesar de todo, Goma confía en sus paisanos y en la pronta recuperación de su país.
El Museo Egipcio, desierto
Las taquillas del Museo Egipcio de El Cairo están igual de desiertas, y los responsables de recoger los billetes esperan sentados que pasen las horas. Una mesa grande domina el despacho del director, y a ambos lados hay dos hombres, uno que apenas levanta la cabeza (el director administrativo) y el doctor Lotfy abd el Hamid, de 45 años y actual director general de antigüedades del Museo Egipcio. El despacho es el único lugar alborotado del museo donde no paran de entrar personas enseñando informes con un curioso protocolo de espera por turnos.
Para Lotfy abd el Hamid, la política actual es la causante directa de la falta de visitas.
Según indica, en enero del 2011 tuvieron 3.850 visitas; en el mismo mes e este 2013, tan sólo 48. Reconoce que para los visitantes, atravesar una calle con más de una docena de tanques del ejército apostados a los lados y a la entrada del museo no hace muy atractiva la visita. Y señala con angustia una pantalla donde cada cinco segundos pasan imágenes de seguridad de las distintas salas del museo, totalmente vacías.
En un suburbio de El Cairo, Shaid, de 24 años, está a cargo de caballos que antes eran usados por turistas y a los que hoy apenas puede dar comida y medicamentos. Se alimentan de la basura que se acumula en la calle.
Durante la noche, lo que antes era un trasiego de barcos de recreo y barcos restaurante llenos de turistas recorriendo el Nilo es hoy una serie de barcos vacíos, parados en la orilla.
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