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-Una cámara secreta en la tumba de Tutankamón podría desvelar uno de los mayores enigmas de Egipto

13 de Agosto de 2015

Casi 100 años después de que Howard Carter descubriera la tumba de Tutankamón (11º faraón de la 18ª Dinastía) en el Valle de los Reyes, el reputado arqueólogo de la Universidad de Arizona Nicholas Reeves ha afirmado que podría haber encontrado en ella una cámara secreta que desvelaría uno de los grandes misterios del Antiguo Egipto. Y es que, según explica este investigador, en ella podrían estar los restos perdidos de Nefertiti, hasta hace poco considerada la madre del propio «Faraón niño» y reina de la región tras contraer matrimonio con Akenatón.

Así lo ha afirmado el propio Reeves en una entrevista concedida en exclusiva al «The Economist», donde este británico ha señalado que, tras estudiar varias fotografías realizadas en alta resolución del interior de la tumba, cree haber visto una pared con una serie de fisuras y grietas. Aunque en principio no le dio mayor importancia a esta zona, ahora afirma que podría corresponderse con una tapia mediante la que se cerró un pasadizo que podría dar acceso a otra sala.

A pesar de que la cámara podría ser un antiguo almacén, Reeves afirma que la presunta falsa pared cuenta con una serie de dibujos religiosos que, usualmente, eran utilizados para proteger el cuerpo de un fallecido. Debido a la cercanía de ambos dignatarios políticos en el tiempo, este arqueólogo se ha aventurado a lanzar la hipótesis. Una teoría que, de ser cierta, desvelaría qué fue del cuerpo de la reina.

«Se desconoce cómo murió y qué fue del cuerpo de Nefertiti. Si se estudian los textos antiguos se puede ver que, repentinamente, desaparece de ellos y su rol es tomado por un tal Smekhara. Se ha barajado la posibilidad de que este fuera ella misma adoptando un papel masculino (algo que ya se había hecho anteriormente), pero otros dicen que es imposible debido a que este personaje se casó posteriormente con una de las hijas de Nefertiti. Que contrajese matrimonio con una de sus hijas es altamente improbable», explica en declaraciones a ABC Aroa Velasco, historiadora especializada en el Antiguo Egipto y autora de la página Web «Papiros perdidos».

Todo encaja
La teoría de Reeves encaja perfectamente con una serie de irregularidades que siempre han desconcertado a los egiptólogos sobre la tumba de Tutankamón. Entre ellas, destaca el que la cámara en la que fue enterrado es considerablemente pequeña y solo un poco más grande que la antesala que da acceso a ella. Así pues, tendría lógica que el lugar hubiera sido construido para la reina (cuya habitáculo habría sido más grande) y, posteriormente, se hubiera aprovechado una sala anterior para dar cobijo al cuerpo del hombre.

Con todo, lo cierto es que esto no parece demasiado factible a Velasco, quien afirma que no se ha descubierto casi ningún enterramiento similar en la zona. «De momento no se ha visto ninguna tumba de estas características. Solo hay una excepción, las denominadas “cachett reales”, pequeños escondites que se fabricaron dentro de tumbas y pirámides en los que los sacerdotes escondían momias para evitar que fuese robadas. Pero en ellas se amontonaban muchas», explica la experta a este diario.

Esta teoría explicaría también por qué existen tantos objetos dentro de la tumba que pertenecen a otros faraones de la época y fueron reutilizados y adaptados para el «Faraón niño». A su vez, la suposición de Reeves desvelaría también el por qué la zona tiene una disposición y una orientación que únicamente se usaba en enterramientos de mujeres. «Al ponerlo todo junto parece que todo encaja. Si me equivo, me equivoco, pero es potencialmente el mayor descubrimiento arqueológico que se ha hecho sobre el Antiguo Egipto», destaca Reeves.

Reeves ya ha causado controversia en el mundo de la arqueología. Y es que, mientras que algunos egiptologos como Kent Weeks (quien descubrió la mayor tumba conocida hasta la época en el Valle de los Reyes en 1995) afirman que es factible y fácilmente comprobable mediante un radar, a otros les cuesta creerlo. Entre los escépticos destaca Velasco, a quien no le convence la teoría: «La tumba está tan estudiada que me parece raro que se pueda descubrir algo nuevo después de 100 años. Pero habrá que esperar».

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