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-Egipto marca tendencia.
10 de Enero de 2012
La forma de vestir o de peinarse expresa mucho más que una simple intención estética. Un traje, un determinado corte de pelo o una joya también son símbolos de una clase social, una ocupación o, incluso, toda una cultura. Esta es la filosofía que se esconde detrás de la muestra Moda y belleza en el Antiguo Egipto, que puede verse en el Museo Egipci de Barcelona hasta el próximo 20 de julio. La exposición reúne un centenar de piezas, algunas de forma inédita y otras restauradas para la ocasión, relacionadas con el ámbito estético de las distintas dinastías de esta civilización.
Se trata de un recorrido a lo largo de 3.000 años -desde el periodo predinástico, que acaba en el 3.200 a.C., a la conquista de Egipto por parte de Alejandro Magno en el 332 a.C., aproximadamente- en los que los egipcios demostraron su refinado gusto por el cuidado del cuerpo, tanto a través de su vestimenta como de aceites, tatuajes, perfumes y otros cosméticos. Muchos de los vestigios que se exhiben en esta cita formaban parte de los ajuares funerarios que se introducían en el sarcófago del difunto. Además de peines de púas, recipientes para ungüentos, espejos, o, incluso, pelucas, solía incluirse un par de sandalias, que debían proteger la planta de los pies a lo largo de su camino al Más Allá.
La muestra presta una atención especial a los tejidos, en concreto al lino que cultivaron, trabajaron, tejieron y también vistieron los egipcios durante miles de años. Para ello, la Fundació Arqueològica Clos ha financiado la restauración de dos túnicas plisadas de lino que se presentan por primera vez al público y que están datadas en el conocido como Reino Antiguo (2700-2250 a.C.) y procedentes del Museo delle Antichità Egizie di Torino. Su valor es excepcional ya que no tan sólo se conocen 20 túnicas con este tipo de pliegues horizontales, frente a los típicos verticales.
Otra de las fuentes importantes para desengranar las tendencias estéticas de esta civilización son las policromías, las estatuillas y pinturas murales. De las estleas funerarias se han recuperado escenas que muestran las prácticas higiéncias, la corrección de posturas o los objetos habitualmente usados para el cuidado personal. De ahí se puede deducir la importancia del maquillaje, marcado en los ojos con el típico kohl, el peinado liso y con flequillo y a veces acompañado de postizos trenzados o los tatuajes, que proporcionaban proteción mágica permanente al portador.
Comisariada por Elvira D’Amicone (Università degli Studi di Torino), la exposición está formada por piezas de la colección permanente del Museu Egipci de Barcelona e importantes aportaciones de museos internacionales como el Musée des Beaux-Arts de Lyon, el Museo Civico Archeologico di Bologna, el Museo Egizio di Firenze, Museo delle Antichità Egizie di Torino -que exhibe algunas piezas inéditas-, y la Biblioteca Museu Víctor Balaguer.
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