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-Los curiosos métodos anticonceptivos del Antiguo Egipto

31 de Mayo de 2018

Sin importar la civilización o la época, un embarazo siempre ha sido la máxima expresión del amor entre un hombre y una mujer. Además al tener descendencia, las parejas aseguraban la continuidad de las costumbres a través de la siguiente generación; lo que ha permitido forjar una cultura.

De la misma manera que lo hicieron sus padres, los hijos se encargarían de cuidarlos y guiarlos una vez que alcanzaban la ancianidad. No obstante como no todas las parejas podían tener bebés, adoptaban a otros niños huérfanos para proteger la estructura familiar y su camino a la vejez.

Los primeros tratamientos de fertilidad

A diferencia de otras civilizaciones en el Antiguo Egipto se veía la infertilidad como una enfermedad y no una pestilente maldición. Y gracias a esa mentalidad, se permitieron investigar y así crear los primeros estudios médicos. Aunque la condición estéril únicamente se le atribuía a la mujer, en ningún momento se le infravaloró; sino que se le atendió con el merecido respeto.

De esta manera se comenzaría a practicar los primeros tratamientos apoyados en una medicina intuitiva, conjuros y rituales para combatir a los males en la reproducción.

Gracias a la observación, surgían los inicios de la ginecología en el Antiguo Egipto; y con ello sembraron los cimientos de las pruebas de embarazo como también de la anticoncepción.

El descubrimiento estaba en la orina, a través de la cual habían notado la presencia de una hormona que delataba si una mujer estaba encinta o no.

También podían saber el sexo del bebé a través de este método. La guardaban en un recipiente al que le echaban dos tipos de semillas: cebada y trigo; Dependiendo de si brotaba una u otra, sería niño o niña.

Estos conocimientos fueron recogidos en diferentes documentos que se conocen como papiros; los cuales fueron escritos por los sabios, tras la repetición de patrones médicos. A partir de ese momento surgen los primeros estudios sobre la sexualidad y la reproducción. Los egiptólogos hallaron y descifrar algunos como: «Papiro Kahoun» (1.900 a.C) y el Papiro Ebers, (descubierto en 1.800 a.C durante el siglo XIX).

El «test»

Al igual que en la actualidad- también se daban diferentes escenarios en los que un nacimiento podía implicar bien un sinfín de bendiciones para unos; o bien una serie de catastróficos infortunios -entre los que la madre y el niño podían perder la vida durante el embarazo- y sin contar las numerosas complicaciones sociales que se daban por causa de las relaciones extraconyugales

«En Egipto existían varios tipos de pruebas de embarazo como la exploración del cuerpo femenino –observar el cambio de color de la piel, la hinchazón de pechos, etc.-, que verificaban hasta cierto punto el embarazo», escribió Clara Ramos Bullón en su libro«Breve Historia de la vida cotidiana del Antiguo Egipto: costumbres, cultura, tradiciones».

Los «Papiros de Berlín» conforman la primera documentación que recoge las primeras pruebas de embarazo, el tratado de pediatría más antiguo, así como los peculiares métodos anticonceptivos.
Sin embargo por las razones que fueran, no todas las mujeres estaban dispuestas a recibir la maternidad, y buscarían por todas las formas evitar ese estado. Entre los métodos preventivos más extraños destacó: el uso de tampones bañados en miel, la inserción de heces de cocodrilo en la vagina o también una masa pastosa que resultaba de triturar espinas de acacia ; pues al parecer contenía goma arábiga, la cual actuaba como un potente espermicida.

Clara Ramos Bullón recoge estos hechos curiosos en su obra, donde asimismo relata: «El periodo de lactancia, que podía prolongarse durante un periodo de tres años, reducía la posibilidad de un nuevo embarazo».

Embarazos problemáticos

El camino a la vida entre la concepción y el nacimiento nunca fue ajeno al peligro, tanto para la madre como para el nonato.

Los abortos involuntarios era uno de los mayores miedos de las mujeres encintas; en los que además de perder al bebé ellas quedaban expuestas a la muerte por incontrolables hemorragias. Por esta razón se colgaban amuletos y, se encomendaban a ciertas deidades como: Isis (protectora de la madre y el nonato), y Taweret (diosa de la fertilidad).

La importancia de la descendencia

En la actualidad, muchos mayores son víctimas del abandono y otros son atendidos por cuidadoras. Sin embargo, en el Antiguo Egipto como en otras civilizaciones los ancianos eran un pilar fundamental para la familia y la sociedad.

Para los egipcios uno de los ritos más importantes, y que le daba algún sentido a la inevitable muerte era la «maat» -un ritual funerario-; y que tenían que llevar a cabo sus descendientes.

De esta manera, las siguientes generaciones permitieron no solo que los ancianos heredaran a la humanidad su sabiduría; sino que las costumbres que crearon identidades colectivas continuaran vivas a través de los siglos.

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