La seguridad en Egipto.

Me voy a Egipto!!! Que me hace falta?

Demasiadas historias ensucian la imagen de este País. Leyendas urbanas ponen un tupido velo y nos atemorizan nada más pensar en él, pero nuestra ansia por conocer no nos impide el visitarlo, pero sí de disfrutarlo.
Considerado unos de los países más seguros del mundo gracias a su excesiva vigilancia y a la superprotección del turista.
Esta seguridad se debe a una serie de atentados ocurridos en los años 90 contra enclaves turísticos. En los años posteriores el turismo descendió y el pueblo llegó a pasar hambre.
Para que esto no volviera a ocurrir el gobierno tomó una serie de medidas para ganarse otra vez la confianza como destino de vacaciones, triplico la vigilancia y creó un cuerpo de policía para la seguridad del turista. Esta vigilancia se extiende a monumentos, trenes, metro, hoteles, calles, montañas, etc…y los encontrarás con uniforme, traje e incluso de paisano.
Los primeros interesados en que estos altercados no vuelvan a suceder son los empresarios y el mismo pueblo ya que un nuevo atentado en sus tierras sería fatal para sus bolsillos.
Unos de los lugares donde más nos sentimos acosados son en las zonas turísticas, masificadas por cientos de egipcios que quieren vender como sea, con lo que rozan el límite de nuestra paciencia. A esto hay que sumarle el constante goteo de gente pidiendo dinero, sea cual sea la “ayuda” prestada, se paga con dinero. Su tono y manera de hablar contribuyen a sentirnos incomodados, aunque no deja de ser una forma de expresarse,  si prestas atención verás que entre ellos también se hablan con el mismo tono. En estos lugares sentimos una sensación de desamparo y de estar solos ante el peligro, cosa incierta ya que vayas donde vayas habrá siempre alguien vigilándote.
Esta es la imagen que tenemos de ellos, nada más que esta superficial fachada y es con lo que nos volvemos a casa, con un amargo sabor de boca en cuanto al trato se trata.
Esto solo ocurre en las zonas donde está el turista, fuera de ellas todo cambia, los egipcios son personas hospitalarias, acogedoras y solo esperan una sonrisa y las gracias por la ayuda ofrecida e incluso se conforman con una pequeña charla con un buen té.